La encrucijada de la vida

par Richard Benishai | Artículos

Abidjan, 24 Agosto del 2007

A las 09:00 de la mañana, caminé desde mi hotel a un cruce de caminos que tiene una reputación de ser un lugar donde los accidentes ocurren todo el tiempo.

Este sitio en un principio fue nombrado la Encrucijada de la Muerte, y entonces, la gente lo renombró por la Encrucijada de la Vida, con la esperanza de que el nuevo nombre mejorara la situación catastrófica del lugar.

En este punto, comencé a dibujar el mapa de esta intersección.

 

Me detuve en la acera en un pequeño carro que estaba libre. Entonces medí el lugar desde donde me encontraba.

Las mediciones fueron las siguientes:

  1. Tasa vibratoria, en unidades de Bovis: – 340 000. Este es un nivel de vibración muy bajo, incluso más bajo que aquel medido en la Curva de la Muerte. Recordemos que un lugar neutro en la Tierra vibra a 14.000 unidades Bovis
  2. El campo magnético natural era nulo.
  3. El color de vibración era como el color de la Curva, verde negativo, color que corresponde a la muerte y al sacrificio, de acuerdo con el trabajo de Belizal y Morel.

Con el péndulo busqué las fallas. Había dos, que se cruzaban el centro de la intersección. Las dimensiones y profundidades que se muestran en el dibujo – son sólo una referencia -.

Después de las fallas, busqué las corrientes de agua.

Dos corrientes de agua cruzaban la intersección, por el medio de las calles…

 

Por medio del pensamiento capturé la tasa vibratoria en el centro de la intersección. Allí, otra sorpresa – 500.000 Bovis. Y yo que pensaba que la tasa vibratoria que medí en la Curva, unos días antes, ¡¡¡era la más baja hasta este momento!!!

Esta energía negativa que es extremadamente baja puede causar un montón de problemas cuando alguien pasa por allí. Por ejemplo, puede perder su racionalidad, su criterio y sus reflejos. Y todo esto por una fracción de segundo, el tiempo suficiente como para causar un accidente.

Sin prestar atención a las personas que me miraban en silencio, me fui a trabajar y comencé a bloquear mentalmente las fallas y las corrientes de agua.

Una vez completado este trabajo, volví a mi punto de partida y tomé las medidas. Esta vez los resultados fueron más reconfortantes.

La tasa vibratoria fue positiva (35.000 Bovis) el campo magnético subió a 100%; color vibratorio se ha transmutado de fase eléctrica a fase magnética, a color índigo, un excelente cambio. La hora era 10:15. El trabajo se completó en 75 minutos.

Obviamente, el tiempo nos dirá si el trabajo dio sus frutos.

Tenga en cuenta que la primera semana de noviembre: durante mi segundo viaje a la Costa de Marfil, le pregunté a la gente que estaba estacionada en la intersección si aún había accidentes en este lugar. Ellos me respondieron: muchos menos.