La salud del radiestesista

por Richard Benishai | Artículos

Nos dimos cuenta de que algunos zahoríes, aquellos más sensibles, cuando encontraban un lugar geopático, llegaban a sentir algunas molestias en su cuerpo. Este malestar generalmente resultaba ser un dolor de cabeza, cambios en la presión sanguínea o para otros, algunos problemas del corazón que a veces son difíciles de definir.
Estos riesgos deberían conducir a los radiestesistas a poner más atención y a preguntarse si es que hay medios para proteger su salud durante el uso del péndulo o varillas.

Este es un tema relativamente descuidado por la mayoría de los investigadores. Sin embargo, lo cierto es que el resultado de la intensa práctica de la radiestesia puede ser agotador, incluso agotar el cuerpo, especialmente durante las búsquedas de las zonas perturbadas, negativas o patógenas.

Durante las investigaciones, el radiestesista interrumpe las protecciones naturales del cuerpo. Mediante la conexión mental con las vibraciones que busca, él recibe estas ondas directamente en su cuerpo. Una serie de experimentos permitió verificar que los valores de un punto de acupuntura de la oreja (también llamado “punto de la hipótesis”), y el tiempo de reacción a ciertos estímulos, podrían ser modificados por este tipo de trabajo. Por ahora, los resultados de estas medidas objetivas no tienen ningún valor médico. Sin embargo, deben animarnos a aplicar un principio de precaución, ya que éstos son  los signos de los cambios que se producen en nuestro cuerpo energético durante un trabajo de radiestesia.

Dado a que estos cambios se producen a partir de puntos geopáticos, no se excluye que estos últimos tengan un impacto negativo en nuestro cuerpo.

¿Cuáles son estas reacciones?

Lo primero es encontrar signos de agotamiento en diferentes formas. Aumento de la frecuencia cardíaca, la aparición de arritmias o actividad extra-sistólica, dificultad para respirar o sensación de fatiga visual, son señales de advertencia que no deben ser pasadas por alto. También puede producirse una sensación de un ligero mareo. Por otra parte, un prolongado trabajo con la radiestesia conduce a una rápida deshidratación.

 

¿Cómo determinar los límites que no deben superarse?

Comprobación con la escala de Bovis. Podemos medir las vibraciones del cuerpo con un péndulo. El valor medio de vibración es de 24.000 unidades. Valores más bajos que esta medida indican una debilidad o incluso una enfermedad. Se recomienda encarecidamente realizar las medidas antes y durante el trabajo de radiestesia. Estas auto-medidas son tan importantes para la salud como para la obtención de resultados fiables.

Las condiciones atmosféricas también pueden afectarnos, como también algunos medicamentos pueden tener un impacto negativo en nuestros resultados. Citamos por ejemplo: analgésicos, sedantes, antidepresivos y pastillas para dormir. En general, los fármacos que afectan a la conducción de un coche, afectan también a la calidad de la búsqueda en radiestesia. La absorción del alcohol está en la misma línea, y es totalmente desaconsejado.
Es necesario investigar o tomar las medidas cuando se sienta física y mentalmente en forma, con una mente sana y equilibrada.

El estrés físico y mental, no son compatibles con el trabajo de radiestesia.

 

Medios de protección:

1. Protección contra los rayos dañinos
2. Impedir que estos rayos penetren en el cuerpo
3. Tomar medidas para reducir significativamente estos rayos
4. Aquellos que eliminan los rayos del cuerpo

Nuestra imaginación es una herramienta importante para nuestra protección y nuestro bienestar.

Nuestro punto de partida es el de una fuerte creencia de la influencia de la mente sobre la materia, y cómo nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestra imaginación y nuestra voluntad en su conjunto pueden influir en todo nuestro cuerpo. El nivel de influencia está determinada por nuestra capacidad de concentración, así como nuestra experiencia personal.

Nuestra imaginación tiene un inmenso poder y gracias a esto, el radiestesista puede rodearse por una esfera de protección. Esta esfera permite la transmisión de toda la información, y  al mismo tiempo impide que la radiación dañina pueda penetrar.

Aparte de la protección mental, el ámbar ha sido una gran ayuda para los radiestesistas. Su vibración habitual nos protege y puede revitalizar nuestro cuerpo. Antes de utilizar las varillas o péndulo, frotar un trozo de ámbar en bruto (sin pulir) en sus manos y respirar el olor. La piedra se colocará en un bolsillo de la ropa. También puede frotar la piedra contra su frente, sus sienes, el cuello, o incluso en las muñecas.

Supresión de la radiación usando las varillas

Gire las varillas de 3 a 5 veces por encima de la cabeza o en la parte delantera de su cuerpo, imaginando que cualquier influencia negativa se va a eliminar de su cuerpo. A continuación tiene que volver a recargar las varillas, según sus necesidades, después de cada trabajo Mantenga las varillas contra el suelo, contra una pared, contra un tubo, para neutralizar la energía. No poner en contacto con el cuerpo y tampoco cargarlas en el bolsillo.

 

Supresión de su propia radiación con la ayuda de un árbol

Toque el árbol con las dos manos, luego apriete. Ahora tóquelo con la frente. Los pinos son ideales. Puede aumentar el efecto con  grandes inspiraciones profundas. Otro método consiste en inclinar la espalda contra un árbol, con la mano izquierda colocada entre el tronco y la espalda. A continuación, coloque su mano derecha sobre el plexo solar.

 

Algunos consejos adicionales

  • Tomar una larga ducha después de este trabajo para eliminar la radiación nociva del cuerpo. Ya que la energía negativa sube por los pies, tenga mucho cuidado.
  • Las piedras preciosas son excelentes para la regeneración de la energía y eliminan sus cualidades negativas. Tome la piedra con las dos manos y métalas bajo el agua.

Estos medios de protección deben complementarse con una forma equilibrada de comer alimentos ricos en vitaminas y proteínas, sobre todo vegetarianos. Para el radiestesista, es importante beber agua en suficientes cantidades (agua mineral o infusiones).